sábado, 19 de febrero de 2011

Incendio

Asisto puntual a mi propia quema,
me visto atentamente y con modales
principescos, practico la reverencia
                                               (una de las más osadas).

Y parto hacias las profundidades,
despreocupada del naufragio
rebotando en la sonrisa interna.

Me aclama el porvenir
salpicado de tachas brillantes
desgarrando latidos acompasados
de verdades trazadas 
                               en los altos balcones de la noche.
Plumas. Plumas en el alma y en el cielo.







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