sábado, 11 de septiembre de 2010

Sopa de letras


Las palabras que cocinan, me devoran
cortan en juliana gajos de agua cristalina
que dudo que sean.


El fuego pasado hierve, rebalsa inflamando
cada vocal hasta que se vuelve fósil en papel arrugado.

Una crudeza, digo.

Algunas se evaporan y las descubro camufladas
en las grietas del techo.

Me niego a enfriarlas, te lo menciono.

Cuando las hornallas interiores rellenan consonantes
se traban en putrefactos hornos, escuchan lo imposible
como poseídas.

Explico que son bromistas.

Separo tallos flexibles en los moldes de antaño
huelo a menta y romero que sobo y muto
en plastilina comestible.

Pero ellos rastrillan sin mirar.

Hechas palabras, me susurran el caldo matutino
Hasta desaparecerme.
AL fin soy a e i o un árbol de dichos- dichas-di-susodichas
sin so .

No hay comentarios:

Publicar un comentario